Programa de Difusión de un nuevo tipo de Discurso Jurídico de la Facultad de Derecho de la UNAM

La imperturbabilidad del alma en tiempos de C. Estoicismo tardío para el siglo XXI

 Por: Sergio Artemio Guillermo Valentín

El presente trabajo, busca hacer un breve recorrido por el estoicismo desde su origen Unknown.jpeghasta su etapa tardía, en donde analizaremos el concepto de ἀταραξία entendida aquí como imperturbabilidad del alma en dos pensadores fundamentales para su época: Epicteto y Marco Aurelio. En este sentido,  se plantea repensar a los maestros de la stoa y sus enseñanzas como una posible respuesta a las problemáticas que aquejan al ser humano en tiempos caóticos, envueltos de crisis económicas, ambientales, sanitarias, políticas e incluso existenciales. La filosofía práctica, en cierto sentido, podría hacer más tolerables las situaciones adversas para la humanidad y, volver a la filosofía antigua, nos recuerda que hubo un tiempo en donde no había distinción entre filosofía y vida. 

Abstract:

The present work, seeks to make a brief tour of stoicism from its origin until its late stage, where we will analyze the concept of ἀταραξία like imperturbability of the soul in two fundamental thinkers for its time: Epictetus and Marco Aurelio. In this sense, it is proposed to rethink the teachers of the stoa and its teachings as a possible response to the problems that plague human beings in chaotic times, surrounded by economic, environmental, health, political and even existential crises. Practical philosophy, could make adverse situations for humanity more tolerable and, going back to ancient philosophy, we remind us that there was a time when there was no distinction between philosophy and life.

Palabras clave: estoicismo, imperturbabilidad del alma, muerte, principio rector, turbación, carácter.

Repensar el estoicismo en el siglo XXI

Muchas cosas se dicen en torno al estoicismo, algunas de ellas se han malinterpretado o tomado con demasiada ligereza, tanto así que la escuela de la Stoa ha pasado de largo en varios cursos en diversas escuelas y facultades de filosofía. No obstante, para el presente trabajo intentaremos mostrar su importancia, sobre todo del estoicismo tardío para alcanzar lo que se ha llamado: la tarea de esculpir el carácter en aras de conseguir la imperturbabilidad del alma.

Dadas las circunstancias en las que el año 2020 se ha ido desarrollando, las condiciones de vida han puesto a la humanidad en una situación inestable, añadiendo emergencias sanitarias a las problemáticas medioambientales, económicas, políticas y sociales, logrando una perturbación en las personas e incluso modificando sus formas de vida.

La pandemia generada por el covid-19, al mismo tiempo puede tomarse como una invitación para reencontrarnos con los antiguos maestros estoicos. Reaprender sus máximas y adentrarnos en sus prácticas, en las cuales, la filosofía se encarnaba en lo humano, recordándonos que hubo un momento en la historia en donde no había distinción entre filosofía y vida.

Para el presente trabajo, nos basaremos en dos pensadores clave del llamado estoicismo tardío: por un lado, Epicteto y por el otro, Marco Aurelio; del primero, tomaremos su Manual de vida y del segundo sus Meditaciones. Además, será preciso analizar la relación Marco Aurelio-Epicteto, en donde la historia de la humanidad nos muestra que, de vez en cuando, pueden ocurrir acontecimientos que, solamente al analizarlos en retrospectiva, nos dan una señal de lo grande que puede llegar a ser el pensamiento.

La Escuela de la Stoa. Estoicismo antiguo y medio.

La escuela estoica está basada, a grosso modo, en la búsqueda del dominio y control de los hechos, cosas y pasiones que perturban la vida, utilizando la razón y formando o esculpiendo el carácter. Fue fundada por Zenón de Citio (333 – 261 a. C.) a finales del siglo IV a.C. Estudió con varios filósofos de su época entre los que destaca, según Diógenes Laercio, Crates, un filósofo cínico de quién recibió un sinfín de enseñanzas, como el perder vergüenza a las cosas que no deberían ser motivo de ella. No fue sino hasta mucho tiempo después que Zenón tuvo su propia escuela de pensamiento ya con la confianza en sí mismo, experiencia y con sus seguidores, quienes fueron llamados zenonianos o zenónicos (1) y poco después estoicos.

La στοά (stoa) que se traduce como pórtico, era un lugar público que se ubicaba en el centro de la ciudad, por lo que cualquiera que estuviese por los alrededores se podía acercar a escuchar las disertaciones de Zenón sobre los distintos temas que aquejaban a la comunidad de la época – los cuales no han variado mucho a los de la actualidad – así, quienes se reunían a conversar en la stoa se convirtieron pues, en los estoicos. El maestro Zenón muere de edad avanzada, se dice que después de una caída, comenzó a padecer muchos dolores y, al ya no aportar nada a la polis, se dio muerte por inanición.

Después de la muerte de Zenón, el estoicismo antiguo recayó en Cleantes, pero sobre todo, en la figura de Crisipo de Solos (281-206 a. C.). El filósofo que previamente había dedicado su vida a ser corredor de larga distancia, quien, según Las vidas de los filósofos ilustres, escribió 705 libros, había sido oyente de Zenón (2) y haría una gran cantidad de aportes a la escuela de la stoa.

images-1.jpegTiempo después, a la muerte de Crisipo, se cierra una época en la filosofía antigua, al menos para el pensamiento estoico. Además, si bien los estoicos no surgieron de la nada y tuvieron influencias, así como fuertes debates y discusiones con las escuelas que existieron a la par (los cínicos, los epicúreos, los socráticos, los académicos e incluso los peripatéticos), hubo un momento en el cual se les solicitó unidad, ya que se eligieron a algunos de sus representantes para ir a realizar negociaciones con Roma (3), punto crucial para que el pensamiento estoico arribara a los romanos, con lo que comienza a surgir la stoa media o el estoicismo medio.

Así pues, el estoicismo medio se va afianzando justo después de una época de saqueos en Atenas, mismos que le arrebataron el prestigio de ser la capital de la filosofía en el mundo antiguo y provocó que varios pensadores se marcharan a lugares más tranquilos como Rodas, Alejandría y Roma.

En suma, el estoicismo antiguo, podríamos decir, fue el momento en el que se afianzó la doctrina y, después de la inestabilidad filosófica pero también política, propia de la época, el pensamiento fue atraído por Roma. La stoa media fue introduciendo el pensamiento estoico en las élites romanas. No obstante, quedaron pocos escritos de los pensadores de ese momento, aunque, bien podríamos decir, se estaría preparando el llamado estoicismo tardío, cuya aparición de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, llegarían a ser significativas y cruciales en todos los aspectos de la vida en Roma.

 El pensamiento del estoicismo Tardío. Marco Aurelio y Epicteto

La escuela de la stoa adquirió un nuevo auge en el Imperio romano, incluso Marco Aurelio, uno de los mejores emperadores que tuvo la civilización romana, afamado por su sabiduría, se consideró a sí mismo como un estoico. Adquirió grandes aprendizajes de los pensamientos y enseñanzas del esclavo Epicteto.. Es decir, la historia manifiesta que el gran emperador romano, aprendió – y bastante – de un esclavo, para muchos, una de las grandes paradojas de la vida.

En sus Meditaciones, una de las fuentes más importantes de su pensamiento, el Emperador romano comienza agradeciendo a los dioses lo aprendido y por los bienes que ha recibido en su vida. Ahí, señala que de Rústico recuerda haber aprendido entre otras cosas, a forjar el carácter; a no hacer exhibición de beneficencia para causar admiración a las gentes; a no contentarse con una lectura superficial de las obras de los grandes maestros; en particular, agradece “…toparme con los apuntes de Epicteto, de los que me hizo participar, siendo suyos”. (4)

Epicteto, nacido en Hierápolis, en Frigia hacia el final del reinado de Nerón, murió de edad muy avanzada desterrado en Nicópolis,(5) propone en su Manual ciertas enseñanzas que sirven para llegar a la ἀταραξία y sobre todo, en la labor primordial desde mi punto de vista que es la del estoico: esculpir el carácter.

Desde Epicteto, podemos apreciar una distinción, que propiamente podríamos llamarla como la Distinción maestra, ya que es esencial en un primer lugar tomar en cuenta las dos representaciones, por así decirlo, del mundo en nosotros, y acto seguido, tomar como importante y relevante lo que es de nuestra importancia y lo que depende de nosotros. Por ello mismo, el Manual comienza de la siguiente manera:

De lo existente, unas cosas dependen de nosotros; otras no dependen de nosotros. De nosotros dependen el juicio, el impulso, el deseo, el rechazo y, en una palabra, cuanto es asunto nuestro. Y no dependen de nosotros el cuerpo, la hacienda, la reputación, los cargos y, en una palabra, cuanto no es asunto nuestro. (…) Recuerda, por tanto, que si lo que por naturaleza es esclavo lo consideras libre y lo ajeno, propio, sufrirás impedimentos, padecerás, te verás perturbado, harás reproches a los dioses y a los hombres, mientras que si consideras que sólo lo tuyo es tuyo y lo ajeno, como es en realidad, ajeno, nunca nadie te obligará, nadie te estorbará, no harás reproches a nadie, no irás con reclamaciones a nadie, no harás ni una sola cosa contra tu voluntad, no tendrás enemigo, nadie te perjudicará, ni nada perjudicial te sucederá. (6)

La ἀταραξία como imperturbabilidad del alma  

La imperturbabilidad del alma, llega en el momento en el que uno deja de apropiase de lo impropio, o desapropiarse de lo propio. Es decir, el sufrimiento aparece cuando oriento mi vida en función de lo externo y, en consecuencia, me vuelvo dependiente de factores que están más allá de mis poderes (apropiación de lo impropio), o cuando no me hago cargo de mis estados mentales y, en lugar de tomar sus riendas y cultivarlos los dejo a merced de factores externos (desapropiación de lo propio).

Así pues, podemos ver que la postura de Marco Aurelio tiene bases en las ideas de Epicteto, el emperador reconocía que lo necesario para gobernar al Imperio, era  la imperturbabilidad del alma o bien la ἀταραξία que se traduciría como ausencia de turbación, además de un carácter esculpido de forma magistral para poder enfrentar de la mejor manera los retos en el cargo y asimismo en la vida privada.

El Emperador menciona lo siguiente: Imperturbabilidad ante lo que sucede por una causa externa, justicia en lo que se ejecuta por una causa que depende de ti. (7)

Ante esto, surgen ideas interesantes en torno al bien y el mal, ya que para los estoicos un images.jpegjuicio equivocado sobre algún aspecto de la vida es lo que nos puede confundir y hacernos creer algo bueno o malo, aunque ello no sea de ese modo. Ese mismo fallo en lo que hemos denominado la Distinción maestra, así como nos lleva al sufrimiento y a la perturbación, también nos encamina al reclamo a los dioses e incluso al odio a los hombres.

Lo que no has escogido deliberadamente y supones que es tu bien o tu mal, por fuerza, en el caso de experimentar el mal mencionado o en el de fracasar el bien indicado, se lo criticas a los dioses y es motivo de odio contra los hombres que son causantes o supones que podrán serlo de ese fracaso […] Por el contrario, si sólo juzgamos como bueno y malo lo que de nosotros depende, no queda ya motivo alguno ni de acusar a la divinidad ni de tomar partido hostil contra el hombre. (8)

Las suposiciones que hacemos sobre determinados actos, acontecimientos o cosas que son en el mundo, nos afectan directamente. De ahí la relevancia de que a través de la razón, podamos hacer una distinción precisa sobre ellos para que no nos afecten por un juicio equivocado, ya que como Epicteto menciona “Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las suposiciones sobre las cosas”. (9)

Ahora bien, podemos decir que el alma para los estoicos cumple con diversas actividades o bien, posee facultades en sí misma, una de ellas es la facultad racional. Es pues, importante tenerlo presente, ya que esta facultad es la que colabora a realizar las distinciones necesarias para no fallar en los juicios emitidos.  Esta facultad ἡγεμονικόν es llamada también como un principio rector o “el guía interior”, to hegemonikon. (10)

Por lo anterior, podemos afirmar que el mal o lo que consideramos como nuestro mal no reside en un principio rector ajeno, tampoco en una modificación o alteración de lo que nos rodea, Marco Aurelio se pregunta ¿Dónde, entonces? Y la respuesta es: donde se encuentre tu suposición sobre los males. Que no se produzca esa suposición y todo está bien. (11)

Por un lado, la suposición sobre los males es la causa del sufrimiento y por el otro, de la felicidad por suponer algo como bueno. Es decir, caer en cuenta de que se está suponiendo de manera errada es lo que nos acercará a la imperturbabilidad del alma, pues esta se perturba a causa de una mala suposición en torno a algo y por ello se sufre. Una mala suposición sobre algo, ya sea si es bueno o malo y que no es como se supone, irremediablemente perturba al alma: nos aleja de la ἀταραξία.

La aceptación de las cosas como son, vienen de la mano de la previa distinción entre en mundo interno y el externo, lo que me es propio y lo que me es impropio. Epicteto advierte “no pretendas que los sucesos sucedan como quieres, sino quiere los sucesos como suceden y vivirás sereno.” (12) Por su parte Marco Aurelio dice: El principio rector o guía interior, cuando está conforme a la naturaleza, adopta una postura tal frente a los sucesos que se transforma fácilmente según lo que le sea dado. En efecto, no desea ninguna materia específicamente asignada, sino que […] convierte en su propia materia incluso lo que le era obstáculo; como el fuego, cuando se apropia de las cosas que caen sobre él, bajo las que una pequeña lumbre se habría apagado. Pero un fuego radiante, al contrario, rápidamente se lo apropia, lo consume y a partir de ese preciso material se levanta más alto. (13)

La sentencia de “convertir en propia materia incluso lo que pareciera un obstáculo” es parte de ir esculpiendo el carácter, y ello es prácticamente imposible si no se realiza la gran labor estoica: distinguir aquello que depende de lo que no depende de nosotros. Es la única forma en la que desde el estoicismo podemos arribar al puerto de la ataraxia, lograr la imperturbabilidad del alma es pues una labor que tiene que ver con la facultad racional de la misma; el hegemonikon es nuestro guía interior que auxilia para tanto lograr la distinción de lo interno y lo externo, así como para evitar caer en juicios equivocados en torno al bien o mal sobre algo.

La muerte y la enfermedad en el estoicismo

Uno de los juicios en torno al mal de algo, es acerca de la muerte o sobre la enfermedad. Por regla general se cree que son algo malo. Sin embargo, nuestros pensadores tienen reflexiones interesantes al respecto. Por un lado el Emperador romano nos dice que así como, si algún dios te dijera «morirás mañana o en cualquier caso dentro de dos días», no harías gran diferencia si en dos días o mañana, así también no consideres que tiene importancia morir al cabo de muchos años o mañana [o en el siguiente instante]. (14)

Asimismo, menciona que las dicotomías a las que estamos tan acostumbrados como la muerte y la vida, la buena fama y la mala fama, el sufrimiento y el placer, la riqueza y la pobreza o la salud y la enfermedad, todas esas cosas ocurren indistintamente a los hombres, tanto a los buenos como a los malos, porque no son ni hermosas ni vergonzosas. No son ni buenas, ni malas. (15)

Ciertamente, podemos observar la herencia socrática de los estoicos, por ello, la muerte no es buena ni mala, no es algo que deba hacernos sufrir y es justamente el juicio errado y una mala distinción lo que nos lleva a perturbarnos por ella. Así pues, la no-muerte o la vida eterna no depende de nosotros, Epicteto por su parte nos menciona lo siguiente: Si deseas que tus hijos, tu mujer y tus amigos vivan eternamente, eres un loco, porque es querer que las cosas que no dependen de ti, dependan, y que te pertenezca lo que es de otro. (16)

Como ya se ha dicho, antes que cualquier otra cosa, hacer la distinción entre lo que es propio o impropio es lo que sustenta las bases para actuar estoicamente. Una vez realizada la distinción podemos mirar diferente al mundo y las eventualidades que se nos presentan, tal como es el caso de una enfermedad que podría encausar hacia la muerte o bien, una propagación de la misma que la convertiría en una epidemia. Estamos en esta vida para representar el papel que se nos ha dado, dice Epicteto, si es corto o largo es algo que no debe importarnos, lo que debemos es representar bien al personaje.

El ser cojo, por ejemplo, impide movimiento de una pierna al caminar pero no de la razón o el albedrío. Así pues, para todas las cosas. Epicteto es una muestra clara de que la libertad siempre está en uno, incluso estando en la condición de un esclavo, privado de la libertad, sin poder salir e incluso en nuestra situación actual, estando encerrados en una cuarentena, pues lo que depende de uno (el fuero interno) es algo que nadie puede arrebatarlo, es ahí en donde radica la libertad y la imperturbabilidad del alma que tanto se busca.

Estoicismo para la cuarentena

La ἀταραξία entendida aquí como imperturbabilidad del alma, es pues, aquel fin que desde mi perspectiva, busca el estoicismo estudiado en el presente trabajo. Lo cual, podría decirse tiene una relación con la indiferencia, sí, pero no por ello una falta de compromiso ante las eventualidades de la vida tanto privada, como pública. El estoico también tiene un compromiso y lo agota hasta que sabe que un evento pertenece a un fuero externo a él. Se agota en sus posibilidades y no deja perturbarse por cuestiones que no dependen enteramente de él, de ese modo es libre y se sitúa en la imperturbabilidad del alma total.

Desde la llamada Distinción maestra que se ha planteado líneas arriba, muchas veces se ha dicho que el estoico, al reconocer ese mundo que no depende de él, se abstrae y se aleja del mismo. No obstante, como también ya se afirmó, en la ética estoica existe un desinterés y una indiferencia pero siempre y cuando él ya hizo todo lo que le correspondía, no se queda de brazos cruzados, pero cuando ya no le corresponde, se limita para evitar la turbación.

Si recordamos el célebre inicio de L´Étranger de Albert Camus: “hoy mamá ha muerto. O tal vez ayer, no sé. He recibido un telegrama del asilo “Madre fallecida” (…) Tal vez fue ayer”.(17) El Premio Nobel nos muestra en Mersault un personaje que encarnó la indiferencia. Sin embargo, podemos apreciar que, la indiferencia estoica por el contrario, se aplica únicamente a aquello que no se puede modificar, pero que, dentro de los límites, se hizo todo para que no fuera de ese modo.

Unknown-1.jpegAsí pues, la experiencia estoica consiste en una aguda toma de conciencia de la situación trágica del hombre condicionado por el destino. Al parecer, no somos libres de nada, pues no depende en lo absoluto de nosotros ser bellos, fuertes, saludables, ricos, experimentar placer o evitar el sufrimiento. Todo eso obedece a causas externas a nosotros. Una necesidad inexorable, indiferente a nuestro interés individual, disipa aspiraciones y esperanzas; estamos librados sin defensa a los accidentes de la vida, a los reveses de la suerte, a la enfermedad, a la muerte. Todo en nuestra vida se nos va de las manos. De ello resulta que los hombres se encuentran en la desdicha porque intentan con pasión adquirir bienes que no pueden obtener, y huir de los males que sin embargo les son inevitables. (18)

Ante la panorámica de la pandemia por el covid-19, el ser humano se está enfrentando a  verdades naturales que no ha querido ver y fue necesaria la presencia de un virus para ponerse de manifiesto: somos mortales (todo el tiempo), somos susceptibles de enfermedades (todo el tiempo). Y no basta con eso, ha quedado de manifiesto que los viejos son más susceptibles a la enfermedad y desde luego, a morir.

Somos mortales y podemos enfermar, dos verdades que no dependen de nosotros, pues incluso si tuviésemos todos los cuidados requeridos por las autoridades sanitarias, nada nos garantiza que no perdiésemos la vida por alguna otra situación. El estoico nos diría, haz todo lo que depende de ti para no adquirir el virus, pero el enfermar o no, no depende de ti, el fin de la cuarentena no depende exclusivamente de ti y si te das cuenta de ello, dejarás de sufrir.

Mientras tanto, Zenón de Citio, nos miraría a los ojos con tintes de burla y nos invitaría a esculpir nuestro carácter; Epicteto y Marco Aurelio nos invitarían a hacer la distinción maestra, a guiarnos por el principio rector para evitar sufrimientos por cosas que no dependen de nosotros. Recordándonos además que, tan sólo desde que nacemos comenzamos a morir, o bien, que tan pronto hemos nacido, somos ya lo suficientemente viejos para morir.

Referencias

  • Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos ilustres, Alianza Editorial, Madrid, 2007, pág. 331.
  • Ibíd., pag. 404.
  • Pigliucci Massimo, ¿Cómo ser un estoico? Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna, Ariel, España, 2018., pág. 20.
  • Marco Aurelio, Meditaciones, I, 7 en Marco Aurelio, Meditaciones, Catedra, 7ª edición, Madrid, 2012.
  • Epicteto, Manual I en Epicteto Manual, trad. Emrique Ataide y Portugal, Madrid, 1802, p. 68. Manual I.
  • Ídem.
  • Marco Aurelio, Meditaciones Meditaciones, 9.31
  • Ibíd., 6.41
  • Epicteto, Manual V
  • Marco Aurelio, cit., 9.15
  • Ibíd., 4.39
  • Epicteto, op. cit., VIII
  • Marco Aurelio, cit., 4.1
  • Ibíd., 7.47
  • Ibíd., 2.11
  • Epicteto, cit. 18
  • Camus, Albert, El extranjero, Alianza editorial, Madrid, 2000, pág. 9.
  • Pierre, ¿Qué es la filosofía antigua? Fondo de Cultura Económica, México, 1998, pág. 143.

Bibliografía

  • Camus, Albert, El extranjero, Alianza editorial, Madrid, 2000
  • Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos ilustres, Alianza Editorial, Madrid, 2007.
  • Epicteto, Manual, trad. Emrique Ataide y Portugal, Madrid, 1802
  • Pierre, ¿Qué es la filosofía antigua? Fondo de Cultura Económica, México, 1998.
  • Marco Aurelio, Meditaciones, Catedra, 7ª edición, Madrid, 2012
  • Pigliucci Massimo, ¿Cómo ser un estoico? Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna, Ariel, España, 2018.

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